Opinión: El Error de Zapatero. por leocenis Garcia.
El error de Zapatero
Por
Leocenis García.
Caracas
08 de febrero de 2018.
José Luis Rodríguez
Zapatero, me defendió ante el régimen de Venezuela, aún cuando entonces, este
cronista había firmado una carta contra él, junto a otros venezolanos meses
antes. Purgaba condena en el servicio secreto, la temida policía
política, a las órdenes de Nicolás Maduro, por delitos de financiamiento al
terrorismo y legitimación. El chiste se cuenta solo.
Desde entonces, nos
encontramos, bajo la figura de Timoteo Zambrano, eludiendo el tema ideológico,
y centrándonos en las coincidencias de la necesidad de un consenso para que
Venezuela volviera a ser un país, y que la política pasara del insulto y la
violencia, a los acuerdos concretos. Para que la gente sintiera que la
política, servía para algo.
La última vez que le vi,
fue en Caracas esta semana, previo al anuncio de un diálogo fallido en
Dominicana. Estaba exhausto, y muy pendiente al teléfono. Me miró con
escepticismo, cuando le di mi opinión sobre la dirigencia con la cual intentaba
llegar a un acuerdo. Fui testigo de excepción ese día, y otros, de cómo
dirigentes como Leopoldo López y Julio Borges negociaban en privado, lo que en
público les daba vergüenza.
En un aparte de la
conversa, por primera vez bromeó, sobre mis ideas a las que catalogó de
neoliberales. Aproveché para darle mi visión del Gobierno, de su red
clientelar, y el empobrecimiento de Venezuela.
Ese día entendí que
Zapatero, había cometido un error, no valoró bien a sus interlocutores, al
tratarlos como los políticos que no eran. Por una parte, tenía a una
soldadesca ciega, defendiendo una democracia que sólo existía en sus húmedos
sueños. Y por otra una oposición, conformada por un vendedor de comidas al
Gobierno, y otros tanto, que habían ordenado que los diputados abandonaran el
Congreso, y se fueron a liar con la policía en las calles.
Tampoco entendió
Zapatero, que la oposición al régimen, cometería por su inexperiencia los
mismos errores que quienes se opusieron a Mugabe, los cuales contribuyeron al
saldo en cuenta que le permitió estar en el poder 37 años, cuando desalojaron
la vía de una salida de consenso, y optaron por las bayonetas y pistolas.
Mugabe siempre tuvo más balas, más bayonetas, y más dinero inflacionario para
lanzar migajas a una población hambrienta que él mismo había convertido en
bestias de cargas, al sacarlos del noble puesto de ciudadanos.
No siempre se puede
gobernar en democracia por consenso, pero después de una dictadura, y yo creo
que en Venezuela lo es, porque la gente ha perdido su libertad económica, la
libertad de decidir su vida, independientemente del gobierno, no se puede
volver a la democracia sin consenso.
El consenso
amerita coraje personal, porque siempre significa remar contra corriente,
las pasiones, el odio, y la ortodoxia. Siempre situaciones excepcionales,
reclaman soluciones del mismo tipo. Pero qué coraje podía haber en un ex
presidente de la AN que se deja empujar por un coronel, en el Congreso. U otros
que, se pintaron el pelo o se escondieron cuando el Golpe militar apareció en
el 2002.
Con estos, negociaba
Zapatero, y ambos despreciaban el consenso, porque impedidos como estaban en
momentos difíciles de defender su propia dignidad personal, no pueden dirigir y
representar a un país, con las profundas heridas de Venezuela. Son huérfanos del
coraje que necesita la crisis del país, y el consenso para abandonar la
dictadura, y volver a la democracia.
El consenso tiene que
terminar para dar un vuelco al populismo, y al hombre mágico señalando los
destinos de la República, y construir una sociedad libre. Pero para que
termine, tiene que comenzar. Y su único objetivo, es poner en orden, la
convivencia de la democracia que niegan las dictaduras.
Y algún día quienes
logren ese acuerdo, se volverán a reunir para anunciar que, el consenso ha
terminado, pero no para librase de su peso, sino para expresar el
reconocimiento que merecerá su importante contribución al proceso de una
Venezuela plural, sin caudillos y con libertad económica, el principal síntoma
de una verdadera democracia.
Quizás el consenso
produzca decepciones en ciertos sectores. Y ello requiere que, a la ingratitud
de las incomprensiones, quienes queremos un país distinto demos la gratitud de
la certeza de que la historia juzgará el consenso como uno de los pilares
básicos de la Venezuela moderna, que no existe hoy, porque Venezuela no es un
país, sino una aldea en ruinas.
Lo que viene es más
improvisación, y contradicciones, que aplastarán a un sector del Gobierno
y la oposición que ya no representan sino a sus propios laberintos. Pero, el
consenso en un “receso indefinido”, como lo catalogó el presidente Danilo
Medina, tendrá el momento, después de los marines, el fraude, y los muertos. No
lo sé. Pero habrá, tiempo, espero verlo, para que demos una prueba de la
madurez y responsabilidad a la hora de defender los verdaderos intereses del
país.
Como
ex preso político, de un régimen ominoso, y con las distancias
ideológicas con él, no puedo ser mezquino con Rodríguez Zapatero, y
le reconozco su esfuerzo, la liberación de varios presos, pero sobre todo su
error de creer que mediaba entre políticos, y no entre borrachos que el alcohol
ya no les hace ver la realidad de un país que no representan
No hay comentarios
El Portal web criticoenlaizquierda.blogspot.com no se hace responsable por los mensajes y comentarios realizados por nuestros seguidores y lectores.